Los productores de papa culminaron ayer un paro de 72 horas iniciado por el descenso del precio de su producto, luego que el Minagri se comprometiera a comprar el excedente de la producción de papa a través de los gobiernos regionales por un monto de S/1.5 millones por región. En este contexto, El Comercio conversó en exclusiva con distintos economistas para conocer su opinión al respecto.
"Políticamente hablando, lo que hizo el nuevo ministro estuvo bien, actuó como el contexto lo exigía. Ahora, por el lado económico, actuar así puede traer consecuencias en el largo plazo. Si de aquí a ocho meses o un año tenemos la misma situación y se opta por la misma salida, vamos a tener un problema económico", señaló Carlos Oliva, director de la maestría de gestión pública de la Universidad del Pacífico.
Para el académico, lo que se importa de papa (uno de los principales reclamos de los agricultores) no debería ser un problema, ya se trata de un porcentaje muy pequeño de la producción nacional.
"En todo caso, es la gente la que decide si quiere comer papa local o extranjera. El productor nacional debe preocuparse en mejorar su productividad y calidad. Vivimos, finalmente, en un libre mercado", argumentó Oliva.
Por otro lado, el Instituto Peruano de Economía indicó que no es rol del Estado intervenir en los mercados de esta forma, ya que los negocios están expuestos a riesgos y a cambios en los precios, y la producción de papa no es la excepción.
"Así como cuando, por situaciones climáticas, el precio del limón sube el gobierno no debe intervenir, tampoco debe hacerlo cuando el precio de la papa baja. Los riesgos climáticos son componentes naturales del negocio agrícola, y los contribuyentes no deben cargar con ese riesgo", señaló la institución.
Asimismo, con respecto a la importación, el IPE coincidió con Oliva en que esta explica muy poco del consumo interno de papa en el Perú, "pero aún si explicase una porción significativa, la política de Estado es de puertas abiertas al comercio internacional y ello termina beneficiando a los consumidores y, a la larga, a los mismos