Instan al consumidor a comprar patata nueva española para salvar al sector

Instan al consumidor a comprar patata nueva española para salvar al sector

La organización agraria española Asaja, desde Córdoba informa que animará a los consumidores españoles a consumir “patata nueva”, es decir, “fresca o no conservada”. ¿Cómo van a hacerlo?

Parece ser que sus intenciones son consecuencia de la situación que viene sufriendo este cultivo entre los productores españoles en los últimos años, que han pasado de 257.000 a 70.000 hectáreas en 20 años. En concreto en Andalucía, de unas 23.500 hectáreas a 10.000 hectáreas en este período de tiempo.

La caída de producción de patata en España ha sido sustituida por la importación de patata de conservación de Francia, que frente a una patata nueva o “fresca” es "algo más barata pero de menor calidad", dice el sindicato agrario. La calidad menor que le suponen a la patata francesa es el argumento esgrimido por la organización agraria española para promover el consumo de patata local.

La patata es un alimento saludable, supone un aporte de hidratos de carbono con bajo contenido calórico y una fuente valiosa de Vitaminas A, B1, B2, B3, Fósforo, Hierro y Potasio. El consumo medio por persona se sitúa en España en torno a los 23 kilos de patatas frescas al año, que en patatas nuevas viene a suponer unos 23 euros/persona/año, mientras que si es patata conservada supondría 12 euros/persona/año, lo que supone un gasto adicional de poco más de 10 euros/año.

Como recuerda la organización, mientras que la patata nueva se recoge y se comercializa durante la temporada, la patata de conservación se mantiene artificialmente durante hasta nueve meses a baja temperatura "perdiendo muchas de sus propiedades" a pesar de tener una apariencia externa similar.

Está demostrado que el almidón de la patata conservada a temperatura controlada se transforma en azúcares al freír, lo que provoca que la patata se queme, o bien se cueza en el aceite cuando se baja la temperatura de fritura, y con ello se incrementa el consumo de aceite y el aporte calórico. Este es otro de los argumentos favorables al comercio de patata en fresco.

Patata nueva frente a la de conservación

“Se debe hacer frente a la patata de conservación francesa” dicen en el sindicato de agricultores español. Como dato relevante, citan como significativo que Francia exporta 800.000 toneladas de patatas a España, y sin embargo España no llega a exportar 3.000 toneladas a Francia. Los camiones españoles atraviesan Francia descargando las apreciadas patatas nuevas españolas -sobre todo las extratempranas- en muchos países de la Unión Europea y luego regresan cargados esos camiones de patata de conservación francesa, barata, para que sean debidamente envasadas y etiquetadas para un comercio de distribuidores españoles que practican estrategias de “siempre precios bajos” y consumidas en España.

Ahora a principios de verano comienza la recolección de patatas en Córdoba y el sindicato agrario dice animar a los consumidores a comprar patata nueva, fresca y recién recolectada, porque “hay que apostar por lo nuestro”´.

Parece ser que en la distribución minorista de patatas la clave es la patata lavada, mensajes ciertos y valiosos para el consumidor en los envases, oferta diversa en tipos, variedades y tamaños y presentaciones que faciliten los usos. Evidentemente también, en un país como España que tiene casi todos los climas necesarios para tener patata fresca todo el año, siempre será mejor esta patata “fresca”, “nueva”, frente a la conservada, sin embargo, ¿qué hacen los productores de patatas para convencer a los clientes de las tiendas?

Local, local

¿Hacen los productores españoles de patatas un marketing o merchandising adecuados mediante el envasado? o ¿acaso dejan estos menesteres para “mayoristas y distribuidores? Cuando en el comercio de patatas se convierte al precio, en el principal o único argumento de venta no debe extrañar a nadie que el origen no importe a los compradores españoles.

En mi opinión, los interlocutores sociales de las organizaciones de productores hortícolas debieran hacer algo más que "instar al sector" para animar a los consumidores a consumir "patata nueva", es decir, frutas y hortalizas de local, local, ... La distribución hortícola del local, local, también necesita tecnología para producir, conceptos de calidad basados en el sabor, determinación y distribución de la madurez de los frutos, envasados y comunicación -merchandising- modernos, facilitar el consumo con poscosecha y mínimos procesados adecuados ... El local, local no significa practicar la horticultura de los tiempos de los abuelos para unos consumidores que viven en las costumbres urbanitas de hoy.

Por Pere Papasseit

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