España: bioestimulantes para las patatas de siembra

En España, Castilla y León es un referente en la producción de patata, con una superficie cultivada de 17.381 hectáreas en 2024, que representa el 28,4% de la producción nacional. La región también lidera en la producción de semilla de patata, a pesar de la disminución de la superficie destinada a este cultivo y de los retos climáticos que afectan la cosecha. 

La comunidad de Castilla y León destaca por su gran importancia socioeconómica, tanto por su buena adaptación al clima y al suelo como por el papel que ocupa en las explotaciones de regadío. También por la relevancia de las industrias transformadoras de este tubérculo, tanto en producto fresco como en patata frita y aperitivos. 

En la campaña 2024, en Castilla y León se han cultivado 17.381 hectáreas de patata, lo que representa el 28,4% del total nacional, igualado con Galicia con 17.642 hectáreas, lo que supone un aumento de la superficie del 2,5%. 

A nivel productivo, es la región líder con una producción total de patata de 786.951 toneladas, lo que representa el 40% del total nacional, aunque con un retroceso del 2%, respecto a la campaña anterior, seguida de Galicia (15% del total nacional) y Andalucía con 13,6% de la producción nacional. 

Dentro del sector de la patata se debe diferenciar el sector de la patata de consumo del de la patata de siembra. La patata de siembra tiene unas peculiaridades que la diferencian mucho de la patata de consumo. La producción de patata de siembra en Europa está dominada básicamente por Países Bajos, Francia, Reino Unido, Bélgica y Portugal. España tiene una gran dependencia externa, principalmente con origen Países Bajos (67%) y Francia (11%) y una tendencia a la baja de Reino Unido (-14%). 

A nivel regional, la importancia de la patata de siembra se refleja en que Castilla y León cuenta con 18 entidades productoras, aunque con una estructura productiva muy variable, desde agricultores particulares a cooperativas. Si bien, las tres principales entidades productoras son cooperativas que aglutinan el 58% de la superficie sembrada de patata de siembra y el 61% de la producción de semilla certificada. 

La superficie destinada a patata de siembra en Castilla y León ha ido disminuyendo de una manera lenta pero progresiva, pasando de las 1.631 hectáreas de la campaña 2014 a las 1.242 hectáreas de la campaña 2023, si bien esta cifra sigue situando a la comunidad autónoma en primera posición, con alrededor del 68% del total nacional. Por provincias, la superficie regional se aglutina en las provincias de Burgos (66%) y Palencia (32%), con un 2% ubicado en la provincia de Soria. 

Dada la importancia del sector de la patata de siembra, en 2024, el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León ha realizado un ensayo experimental para evaluar el efecto del uso comercial de bioestimulantes sobre el rendimiento productivo de la patata de siembra. 

Bioestimulantes 

Ante la necesidad de mejorar la sostenibilidad y competitividad de la agricultura es fundamental optimizar el uso de nutrientes y agua. El uso de fertilizantes tradicionales es uno de los principales responsables de la huella de carbono de la agricultura. Por ello, las empresas de producción de fertilizantes están trabajando en soluciones tecnológicas más sostenibles y con menor huella ambiental. 

Asimismo, el sector agrícola con el objeto de ser más productiva, más eficiente y más sostenible está incorporando nuevos productos como son los bioestimulantes y los biofertilizantes. Estos bioestimulantes son productos que estimulan los procesos naturales de las plantas mejorando la absorción y eficiencia de los nutrientes aplicados, aumentando su disponibilidad en el suelo con el objeto de aumentar tanto el rendimiento como la calidad final de los productos. 

En la campaña 2024, el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León ha realizado un ensayo en dos localidades, Mave (Palencia) y Montorio (Burgos) para evaluar el efecto del uso de 5 bioestimulantes comerciales sobre el rendimiento productivo de la patata de siembra. 

Condiciones de cultivo 

En la campaña 2024 se puede reseñar que las abundantes precipitaciones del mes de mayo obligaron a retrasar la siembra. Asimismo, las temperaturas en ese mes, con mínimas bajo cero y máximas por encima de los 27 °C, unido a las altas precipitaciones del mes de octubre y en menor medida de septiembre (Figuras 1 y 2), afectaron mucho a la recolección, haciendo que se produjeran muchas pérdidas, ocasionando una reducción del rendimiento. 

Antes de la siembra, se tomaron muestras de suelo en ambas localidades. Los resultados obtenidos en Mave, indican que la parcela presenta una textura franco-arenosa, de pH muy básico (pH>8) y un contenido en materia orgánica de media superior al 2%, mayor a la media de los suelos de Castilla y León. Los contenidos en nitrógeno, potasio y fósforo son muy elevados y presenta una buena relación C/N, lo que indica que la materia orgánica tiene alta capacidad de descomposición. 

En Montorio, los resultados indican que la parcela presenta una textura arenosa con un pH ácido, salvo una zona. El contenido en materia orgánica es bajo (< 1%.) El contenido en nitrógeno es bajo, ligeramente alto en fósforo y normal en potasio. La relación C/N es alta, lo que hace que la materia orgánica tenga una baja capacidad de descomposición. 

La siembra de los ensayos se hizo a principios de junio en ambas localidades, y la cosecha a finales de octubre. En todo caso se mantuvo el cultivo libre de plagas y enfermedades aplicando los tratamientos fitosanitarios recomendados para el cultivo de patata de siembra. 

Fertilización 

Los abonados de fondo y cobertera se aportaron en toda la parcela. El ensayo de bioestimulantes se plantea en parcelas de 60 m2 con 6 repeticiones, en un diseño experimental de bloques al azar. Los bioestimulantes se aplicaron con mochila de tratamientos, de manera individual en cada una de las microparcelas, Para cada tratamiento se aplicó: 

T1: TANKAT/TRCH 01,3 (Fertiberia) 3,7 kg/haT2: Blue N (Corteva) 0,333 kg/haT3: EMEORO (Timac Agro) 2 kg/haT4: AMINOVIT VIGORIÓN (Fertinagro) 4 kg/haT5: BULH NOVA (Provelte) 5 kg/haT6: Tratamiento control sin aplicación de bioestimulante. 

Rendimientos 

En ambas localidades, se ha estudiado el rendimiento de cada tratamiento. Se ha hecho un análisis de varianza (ANOVA) agrupando los datos de las dos localidades y se ha observado que el factor localización explicaría la mayor parte de la variación, no resultando significativamente el tratamiento bioestimulante aplicado. Sí se observa que ha habido algún factor que ha afectado al desarrollo del cultivo, que no se ha podido monitorizar, lo que puede explicar la ausencia de diferencias significativas entre tratamientos, y la alta variabilidad observada (CV 24.35 %). 

Analizando por separado las localidades, tampoco se han obtenido diferencias significativas para el efecto del tratamiento, una vez más con una alta variabilidad (22 % coeficiente de variación en Mave y 27% en Montorio), que ha dificultado la observación de diferencias. Esta alta variabilidad puede deberse a las condiciones climáticas de final de ciclo que hayan afectado a la cosecha y conservación de tubérculos en la parte final del ciclo (pudriciones). 

El 5 de noviembre de 2024, después de la recolección, se tomaron muestra de suelo en ambas localidades, ya que se sospecha que los bioestimulantes puedan tener un efecto en la movilización o captación de elementos del suelo. 

Parece haber una tendencia a que los bioestimulantes ayuden a movilizar el fósforo del suelo y algún otro microelemento, pero sería necesario confirmarlo con futuros ensayos más enfocados a evaluar estos efectos en futuras experiencias. 

Microbiota 

Se realizaron muestreos para la determinación de la microbiota del suelo en distintas fases del cultivo. La primera muestra se tomó antes de la siembra (junio 2024). Posteriormente, después de la aplicación de los bioestimulantes se realizó otro muestreo (agosto 2024) y una última después de cosecha (octubre 2024). 

Las conclusiones de este estudio de microbiota se pueden resumir en que la mayor parte de las parcelas de estudio se observó un aumento de la diversidad bacteriana conforme aumentaba el tiempo postratamiento, siendo finalmente mayor en el mes de octubre con respecto al muestro inicial previo tratamiento (abril-mayo). 

Como es de esperar, ambas localidades de estudio presentaron una composición bacteriana distinta de partida. Pero esta composición mostró diferencias significativas para algunos tratamientos al comparar los distintos periodos de muestreo, siendo esto más evidente en la localidad de Montorio. 

Finalmente, todos los tratamientos en mayor o menor medida, enriquecieron la abundancia diferencial de géneros bacterianos con funciones destacadas a nivel de la mineralización y el ciclado de nutrientes, así como en funciones potenciadoras del crecimiento vegetal. 

Elementos movilizados 

Aunque se trata de un cultivo de regadío, las condiciones climatológicas han condicionado en gran medida el ensayo, retrasando la siembra y afectando a la recolección, con clara influencia sobre los rendimientos. 

La aportación de los bioestimulantes parece no influir en los rendimientos, si bien habría que evaluar su influencia con una disminución de abonados químicos, y en unas condiciones de cosecha menos determinantes. Parecen observarse ciertos movimientos en los componentes del suelo, con un posible fomento de asimilación de algunos compuestos como el fósforo y algún otro micronutriente. 

También se observa una tendencia a que los bioestimulantes fomenten bacterias del suelo que movilizan minerales, pero habría que confirmarlo con futuros ensayos a no ser unos resultados muy concluyentes, ya que se han podido ver afectados por las condiciones del final de ciclo.