En algún lugar de El Carmen, de San Ignacio, o el sector costero de Ñuble, un mensaje de texto en el teléfono celular le indica a los agricultores que se dan las condiciones de temperatura y humedad, en el sector donde viven, para que prospere el tizón tardío, hongo que ataca a las papas, que se puede controlar con una oportuna aplicación de fungicidas.
Sobre esta plaga versó en parte la última jornada del seminario de Agrometeorología que se realizó por dos días en INIA-Quilamapu, para difundir instrumentos tecnológicos que están disponibles para los agricultores de todo el país a través de la plataforma Agroclima.cl.
El tizón tardío representa hoy uno de los problemas sanitarios más importantes de las papas, ya que puede producir la pérdida total del cultivo, afectando la competitividad de los productores agrícolas, y mostró su peor cara en la temporada 2006-2007, fecha en que debido a cambios en las características del patógeno causante de la enfermedad, como la aparición de nuevos genotipos y resistencia a pesticidas, causó la pérdida del 100% de la producción de la temporada.
“En esa fecha pudimos ver de manera drástica como una enfermedad puede causar la pérdida de rendimiento de un cultivo, para un rubro tan importante como la agricultura familiar”, comentó la ingeniera agrónomo y fitopatóloga de INIA, Ivette Acuña.
Agregó que para mantenerse en el rubro los productores deben hacer de 12 a 16 aplicaciones preventivas al año, con una inversión de más de 300 mil pesos. “Con el sistema de alertas, hemos visto que podemos reducir las aplicaciones en un 50% por hectárea, reduciendo el costo aproximadamente a unos 150 mil pesos”, comentó.
El modelo de alertas se empezó a aplicar en el año 2003, con las dificultades que significaba bajar los datos manualmente de cada estación y procesarlos, para poder dar alertas después de dos o tres días, y haciendo uso de los sistemas de información de las comunas. Hoy es un servicio gratuito para los agricultores, que solo requiere que se registren en el sistema.
