Las previsiones no son buenas para la próxima campaña de patata en España. Según los expertos, entre los que se encuentran responsables del Ministerio de Agricultura y de Fepex, la realidad del sector se caracteriza por un descenso de la superficie cultivada, una caída de la producción y un incremento de las importaciones. En este sentido, y para revertir la situación, han puesto varias soluciones encima de la mesa, como incluir al tubérculo dentro del régimen específico de frutas y hortalizas de la Organización Común de Mercados.
La patata cada vez tiene menos presencia tanto en los cultivos como en los hogares españoles. En 2017 su consumo se situó en 970.000 t, es decir, un 2% menos respecto al año anterior, tal y como reflejan los datos facilitados por el Panel de Consumo Alimentario del Mapama. Estos datos evidencian la fuerte dependencia de las importaciones para abastecer al mercado interno que, en el mismo periodo, ascendieron a 780.905 t: un 7% más que en 2016. Francia fue el principal proveedor con 590.132 t, país al que se compró un 13,6% más que un año antes. Reino Unido con 69.459 t y Países Bajos con 52.295 t siguieron a los galos en el ránking de importadores.
Esta circunstancia es preocupante para Fepex porque, mientras que en España se ha producido un descenso de la superficie -situada en torno a las 74.000 ha- en los últimos años, ha crecido en otros países comunitarios. Es el caso de Alemania, con 250.500 ha en 2017, un 3% más que en 2016; Francia, con 177.000 ha (+10%); Holanda, con 162.600 ha (+4%); y Reino Unido, con 145.000 ha (+4%), según los datos de Eurostat. Por ello, la asociación de productores se propone adoptar medidas específicas, como la inclusión de la patata dentro del régimen hortofrutícola de la Organización Común de Mercados. “El objetivo es facilitar la constitución de organizaciones empresariales y la presentación de programas operativos que contribuyan a mejorar la competitividad del sector”, han explicado en un comunicado.
Los expertos también barajan revisar la norma de comercialización de la patata en el mercado interno, recogida en el Real Decreto 31/2009, “con el fin de simplificarla y adaptarla a la realidad del mercado”. Lo mismo ocurre con la norma UNECE, que afecta a variedades tempranas, y así será posible alinearla a los cambios que se han propuesto en el proyecto de Norma del Codex Alimentarius.