Kirguistán

Situado en el corazón de Asia, a lo largo de la antigua Ruta de la Seda, Kirguistán conoció la patata - y su nombre ruso, kartofel - durante el siglo XIX, en los años 1800.

Aunque el país montañoso es apto principalmente para el pastoreo, el nuevo cultivo floreció en el clima templado de las estribaciones septentrionales, y hoy en día los kirguises alaban la patata como el "segundo pan" de su país.

Desde 1992, la producción de la patata se ha multiplicado por casi cuatro, pasando de 360.000 a un récord histórico de 1.370.000 toneladas en el año 2007 percápita, Kirguistán es actualmente el décimo productor mundial de papa, mientras que su consumo anual de patata -más de 140 kg per cápita- sólo supera al de Bielorrusia.

El cultivo de la patata en Kirguistán se ve frenado por la escasez de tubérculos de semilla libres de virus, variedades mejoradas e ingresos agronómicos. Sin embargo, la rápida expansión de la producción del país ha atraído a inversores: recientemente se han anunciado empresas conjuntas con empresas de la India y la República de Corea que están construyendo plantas de procesamiento de patatas con el objetivo de producir 40.000 toneladas de almidón y bioetanol al año.