Etiopía

A un inmigrante alemán se le atribuye la introducción de la patata en Etiopía en 1858. En las décadas siguientes, los agricultores de las tierras altas de Etiopía comenzaron a cultivar el nuevo tubérculo -conocido como denech- como una "póliza de seguro" contra la pérdida de cosechas de cereales.

En los países africanos, Etiopía tiene posiblemente el mayor potencial para la producción de papa: el 70 por ciento de su tierra cultivable -principalmente en las zonas altas por encima de los 1.500 m- se considera que es adecuada para el cultivo de la patata. Dado que las tierras altas también albergan a casi el 90 por ciento de la población de Etiopía, la patata podría desempeñar un papel clave para garantizar la seguridad alimentaria nacional.

En la actualidad, la patata sigue siendo ampliamente considerada como un cultivo secundario, y el consumo anual per cápita se estima en sólo 5 kg. Sin embargo, el cultivo de la patata está en constante expansión: la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) estima que la producción ha aumentado de 280 000 toneladas en 1993 a unas 525 000 toneladas en 2007.