España: Galicia apuesta por la producción de patatas

José González, consejero de Medio Rural de la Xunta de Galicia

José González, consejero de Medio Rural de la Xunta de Galicia

Febrero 14, 2024

El conselleiro do Medio Rural de la Junta de Galicia, José González, defiende el papel de su gobierno en cuanto a la patata, reivindica las políticas contra el minifundismo y reclama una PAC adecuada a la España atlántica. 

Nacido en Orense en 1970, José González Vázquez es funcionario del Estado, del cuerpo de Hacienda. Ha ocupado diferentes cargos públicos en la Administración gallega y desde 2018 es conselleiro do Medio Rural de la Xunta de Galicia. 

¿Qué posición ocupa el campo en la economía gallega? 

-En Galicia tiene un papel protagonista la ganadería de vacuno de leche. Somos, con diferencia, la primera comunidad española en producción dentro del sector, con más del 42% del total y estamos también entre las primeras regiones europeas en esta materia. Por lo tanto, nuestro territorio rural está muy orientado a estas producciones, primando el cultivo de forrajes, tanto para vacuno de leche como de carne en extensivo. Por lo demás, nuestra agricultura destaca, en materia de calidad, en otros ámbitos, como el vitivinícola y la huerta. 

En todo caso, hay que destacar también nuestro potencial forestal, ya que en Galicia se corta, en números redondos, la mitad de la madera de toda España. 

El sector reconoce que su apoyo al cultivo de la patata ha sido muy importante… 

-En 2023 Galicia fue la primera comunidad autónoma en superficie destinada a la patata. La campaña 'Pataca Galega, en boca de todxs' es un reconocimiento a este producto, sin el que no se entiende nuestra gastronomía, por supuesto siempre con la etiqueta de calidad IXP Pataca de Galicia. Y, en esta línea, es un reconocimiento al excelente trabajo de los productores y almacenistas que trabajan amparados por esta IXP. Porque sin calidad en el origen no contaríamos con calidad en el plato. 

Esta campaña, que creo que ha sido un rotundo éxito, sitúa el sello de calidad de la patata gallega como sinónimo de tradición y calidad. Y se enmarca en la estrategia de la Xunta para seguir potenciando esta actividad, fundamental en nuestro rural, avanzando en la diversificación de la producción e incidiendo en el futuro de la tierra. 

¿Qué destacaría como seña de identidad de la agricultura gallega? 

-Nuestras buenas condiciones para la producción de alimentos sanos y seguros se ven también reforzadas con la amplia tradición y el saber hacer de nuestros agricultores y ganaderos. Somos una comunidad muy rural, muy pegada a la tierra. Para nosotros el sector primario es clave y articula el territorio de una manera muy marcada. 

-¿Hasta qué punto es una ventaja ser un puente entre España y Portugal? 

-Galicia tiene una situación muy adecuada para servir de puente entre nuestro país y Portugal. De hecho, las relaciones con nuestros vecinos lusos son muy intensas y fluidas, a todos los niveles. Esto favorece el intercambio de bienes y servicios y beneficia también a nuestros sectores primarios, en la medida en que constituyen un referente de calidad a nivel nacional que los portugueses saben apreciar también. 

-El cambio climático también ha llegado a Galicia… 

-Como es natural, el cambio climático nos afecta, igual que a cualquier otro territorio. Nos obliga a hacer un esfuerzo constante y sostenido para afrontar problemas como las enfermedades (animales y vegetales) emergentes o los incendios forestales de nueva generación, entre otros. 

En eso estamos trabajando, en estrecha colaboración con el sector. 

-¿Se han adoptado medidas para compensar los efectos del minifundismo? 

-El minifundio es un problema estructural e histórico en nuestro campo. Por eso estamos empeñados en hacerle frente. Lo hacemos mediante diferentes estrategias, pero entre ellas quiero destacar especialmente la Ley de recuperación de la tierra agraria de Galicia. Una norma que nos ha dotado de una ‘caja de herramientas’ para trabajar en esta línea. Son instrumentos como las aldeas modelo, los polígonos agroforestales, las agrupaciones de gestión conjunta o las permutas, que ya están dando sus frutos. 

Así, podemos decir que, gracias a estos elementos -y a otros tradicionales, pero no menos importantes, como las concentraciones parcelarias- hemos conseguido movilizar ya, desde la entrada en vigor de la referida norma, en 2021, alrededor de 35.000 hectáreas en toda la comunidad autónoma. 

¿Qué son los polígonos agroforestales que promueve la consellería? 

-Son un caso muy ilustrativo. Se trata de una figura que persigue recuperar extensiones importantes de tierra potenciando esos tres usos de suelo según el tipo de cultivo más apropiado o con mayor tradición en cada zona. 

Es una herramienta idónea para recuperar la tierra de buena capacidad productiva abandonada o infrautilizada de forma sostenible, creando actividad agroganadera, fijando población y anticipándonos a los incendios forestales. 

¿Cómo se combate en Galicia el envejecimiento del sector? 

-El reto demográfico es una cuestión clave para nosotros, como ocurre en el conjunto de Europa. Por eso fomentamos la incorporación de jóvenes al agro mediante ayudas que, solo en el periodo 2009-2022, han apoyado a alrededor de 4.500 personas menores de 41 años en su incorporación, con una inversión pública muy potente, de casi 133 millones de euros en ese periodo. 

Seguimos trabajando en esta línea, que tiene para nosotros un carácter estratégico, en el sentido de procurar la sostenibilidad y el relevo generacional en nuestro rural. Estas ayudas se integran en una línea más amplia, centrada en apoyar las inversiones en las explotaciones agrícolas, para la creación de empresas por parte de nuevos agricultores o para personas de entre 41 y 55 años, así como para el desarrollo de pequeñas explotaciones. 

¿Está implantada la mentalidad de producir con calidad? ¿La industria la valora y paga por ella? 

-Nuestra apuesta por la calidad es muy clara. Y creo que tenemos, además, la complicidad de los agricultores, los ganaderos, la industria y la distribución. Calidad en el producto, en los procesos y en la comercialización, para llegar con más fuerza y éxito, si cabe, a los consumidores. 

Creo que es innegable el prestigio que han alcanzado nuestras producciones agroganaderas, pero en un mercado tan competitivo no podemos bajar la guardia. 

Por ello, perseveramos en esta tarea a través de medidas de ordenación, fomento y promoción, entre las que destaca la Ley de la calidad alimentaria, que acaba de ser aprobada por el Parlamento gallego. Esta norma reafirma la apuesta de la Xunta por la sostenibilidad y la trazabilidad de las producciones primarias de nuestra comunidad, así como por la promoción de esa excelencia y por la profesionalización y el fomento de la participación del sector. 

Este texto legal cierra el ciclo del marco de ordenación y normativo para el rural gallego que permite avanzar en las líneas estratégicas de la recuperación, la prevención y la calidad. 

¿Qué medidas están adoptando para que la industria pueda transformar la producción agraria y llevarla a los mercados? 

-Las ayudas para apoyar la transformación y comercialización de productos agrarios gestionadas por la Xunta han permitido la movilización de casi 556 millones de euros en inversiones desde 2016. En conjunto, se financiaron más de 550 proyectos, con una ayuda total de unos 172 millones de euros. El objetivo de esta iniciativa es seguir desarrollando el tejido industrial del campo gallego que, además de dar valor añadido a lo producido en nuestra comunidad, favorece también la mejora y modernización de las explotaciones agrarias. Con este mismo fin, las políticas agrarias de las administraciones públicas, especialmente las de la Unión Europea, apoyan la industrialización agroalimentaria con programas concretos de actuación. Por tanto, estas ayudas gestionadas por la Consellería do Medio Rural caminan en esta misma dirección. 

¿Hay medidas en marcha para controlar la sobreprotección del jabalí y el lobo? 

-Somos muy conscientes del problema que representa la fauna salvaje para nuestra cabaña ganadera y actuamos en consecuencia, tanto con medidas económicas como colaborando con colectivos implicados en estas tareas, como es el de los cazadores. 

Así, en relación con el jabalí, solo en 2023 dedicamos 1,73 millones de euros en ayudas para adoptar medidas de prevención frente a sus ataques y desde el año 2016 Galicia destinó casi 10 millones de euros a estas ayudas, lo que supone la mayor cuantía movilizada a tal fin por una comunidad autónoma en España. 

Con respecto al lobo, precisamente el pasado 9 de enero se publicaban en el Diario Oficial de Galicia las ayudas a los ganaderos para distintas actuaciones con las que proteger sus rebaños de los daños causados por estos animales. 

Son dos órdenes que suman un presupuesto de más de 900.000 euros, una de ellas centrada en la contratación de personas cuidadoras de ganado extensivo y otra en la adquisición e instalación de vallados fijos. 

-Los agricultores gallegos consideran que han quedado discriminados en el reparto de ayudas del Gobierno central para la compra de fertilizantes. También en el caso de las ayudas a la sequía. 

-Esto es una constante por parte del Gobierno central. No dejamos de denunciar la discriminación que sufren nuestros agricultores y ganaderos respecto de otras zonas de España. Esto se aprecia también en la gestión de la PAC por parte del Ejecutivo central, con una clara orientación mediterránea que deja de lado las peculiaridades no solo de Galicia, sino, en general, de toda la cornisa cantábrica. 

-En 2022, Galicia fue la comunidad que más bajó en número de ganaderos de leche… 

-Conviene matizar estos datos. Galicia sigue incrementando su producción láctea en los últimos años, de manera sostenida. Esto es porque las vacas y las explotaciones no "desaparecen". No "se pierden". Ocurre que se integran en otras más competitivas. ¿Cómo sino se explica ese aumento de la producción y la posición de liderazgo indiscutible de Galicia en el sector a nivel nacional? 

El hecho de que determinadas explotaciones ganaderas no entreguen leche en un momento determinado no significa, necesariamente, que desaparezcan. En muchos casos siguen en activo, pero o bien no han vendido producto por razones como pueden ser los vacíos sanitarios o bien se han pasado a la producción de carne, entre otras casuísticas. 

Además, el ritmo de disminución de explotaciones es sensiblemente menor en Galicia que en otras comunidades autónomas productoras. Así, en el año 2022 la bajada del número de productores en Castilla y León fue de casi el 9 %, en Asturias de cerca del 7 % y en Andalucía de alrededor del 6,5 %, mientras que en Galicia apenas superó el 5,5 %. Por otra parte, si nos atenemos a los datos del propio Ministerio de Agricultura, es evidente que en los últimos cuatro años la disminución de las ganaderías con entregas de leche en Galicia se limita a los estratos de producción más bajos. 

Es decir, asistimos a una reestructuración del sector, de cara a una mayor competitividad de los procesos productivos. Por eso producimos cada vez más y mejor, con mayor calidad y el lácteo atraviesa por una fase de estabilidad a la que nosotros hemos contribuido con iniciativas como la Estrategia de dinamización del sector. Un documento que marca la hoja de ruta para el futuro de un ámbito clave de nuestro rural. 

¿Se está cumpliendo la ley de cadena alimentaria? 

-Hemos insistido, por activa y por pasiva, en denunciar que la ley de la cadena es papel mojado. No se han articulado, por parte del Ministerio, las herramientas necesarias para hacerla cumplir. Instrumentos como nuestras aplicaciones informáticas (Contaláctea y Contacarne) que permiten a los ganaderos gestionar con mayor eficacia sus explotaciones y reforzar su posición negociadora sobre los precios. 

Es imprescindible, en este sentido, contar con referentes válidos y reconocidos -como ambas aplicaciones- para evitar la venta a pérdidas. Así lo hemos trasladado al Gobierno central y seguiremos insistiendo por esa vía. 

-Otro aspecto en el que critican ustedes al ministerio tiene que ver con la no rebaja del IVA de determinados productos, como la carne y los productos del mar. 

-La Xunta no puede considerar más que una nueva burla para Galicia el hecho de que los productos del mar y la carne queden fuera de la bajada del IVA, mientras se aprueba la del aceite de oliva al 0%. El sector primario gallego es víctima del Gobierno de Pedro Sánchez con una discriminación injustificable. 

Desde Galicia llevamos mucho tiempo exigiendo la inclusión de los productos del mar y la carne en la prórroga temporal de la rebaja del IVA a los alimentos básicos. 

Y también llevamos muchos meses preguntando cuales podrían ser los criterios del Gobierno central para mantener este veto, tan perjudicial para nuestros productores. 

No se entiende esta negativa cuando contamos con estudios de las universidades, recomendaciones de expertos, el criterio de la UE o el ejemplo de países como Portugal sobre el impacto positivo de esta bajada. 

Por parte de la Xunta garantizamos que seguiremos luchando cada día por nuestro sector primario, fundamental para el futuro de Galicia. 

-Tampoco están muy de acuerdo con la gestión, por parte del Ministerio, de asuntos como la expansión de la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE)… 

-Insistimos en reclamarle al ministerio que lidere la puesta en marcha de una estrategia conjunta entre el Gobierno central y las comunidades autónomas para hacer frente a este problema. 

Estamos realmente preocupados por su inacción en este asunto que nos ocupa y nos preocupa. En nuestra opinión, resulta prioritario desarrollar una vacuna que permita frenar esta dolencia y luchar por su homologación en Europa. Y esto lo debe liderar el Gobierno central. 

Nosotros trabajamos, en estrecho contacto con los ganaderos y dentro de nuestras competencias, para atajar en la medida de lo posible las consecuencias de la EHE, pero echamos de menos una mayor implicación por parte del ministerio. 

Quiero recordar, además, que hemos sido de las primeras comunidades en establecer indemnizaciones, con carácter retroactivo, para compensar las muertes acreditadas por esta dolencia. 

-¿Les preocupa el grado de compromiso del Gobierno central respecto al proyecto de regadío de la comarca de A Limia? 

-Así es. Exigimos al Gobierno central que cumpla sus compromisos con los regantes de A Limia y que no les genere un sobrecoste para afrontar la financiación del proyecto de regadío en esa comarca. Recordamos que el compromiso inicial del Gobierno -conocido por la Xunta a través de los medios de comunicación- fue el de aportar el 80 %, quedando el 20 % restante para ser asumido por los regantes. Sin embargo, los cálculos hechos por la Xunta indican que la aportación de los regantes sería manifiestamente mayor a la establecida en un primer momento por parte del Ejecutivo. 

Por tal motivo, reclamamos que se respete el porcentaje inicialmente comprometido, para no perjudicar los regantes. En esta misma línea, queremos poner de relieve que el Gobierno gallego sí cumplió a la hora de apoyar este colectivo. Así, la Xunta lideró la colaboración institucional en esta materia, asumiendo de forma integral la financiación de pozos y bombas, con una inversión por parte del gobierno autonómico de 6,5 millones de euros. 

El sector habla de "funestas consecuencias" de la Ley de Restauración de la Naturaleza. 

-Desde luego, estamos a favor de la protección y restauración de la naturaleza, pero salvaguardando el futuro de la agricultura, la silvicultura y la pesca europeas. Es totalmente inaceptable que se aprueben normativas sin realizar evaluaciones serias y rigurosas de su impacto sobre la producción de alimentos y los sectores primarios en que esta se sustenta. 

Lo fundamental es garantizar la seguridad alimentaria y el futuro del sector primario, por lo que esperamos que las distintas autoridades españolas y europeas realicen las gestiones oportunas para que se replantee la propuesta a la hora de su aplicación práctica. 

¿Qué retos tiene planteado el medio rural gallego para los próximos años? 

-Algunos de los retos que hemos de afrontar son comunes a los de otros territorios, como la aplicación de la PAC, en la que consideramos que se debe respetar un triple enfoque en cuanto a la sostenibilidad: ambiental, social y económico. También, el cambio climático, que nos presenta desafíos a la hora de gestionar cuestiones como la sanidad animal y vegetal, así como el impacto general que este proceso tiene en la agricultura y la ganadería (pensemos en las catástrofes naturales o la incidencia de problemas como los incendios forestales). 

El reto demográfico, la digitalización, la innovación o la internacionalización son otros ámbitos en los que considero que debemos centrarnos de cara al futuro, sin descuidar aspectos como la calidad de nuestras producciones agroalimentarias, que constituyen un puntal de la marca "Galicia" en los diferentes mercados. 

Todo ello ha de afrontarse teniendo en cuenta nuestros tres ejes principales de actuación, como son la recuperación, la prevención y la calidad. El objetivo no es otro que "seguir haciendo Galicia rural".

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