En Colombia los páramos se han transformado en territorios en disputa

En Colombia los páramos se han transformado en territorios en disputa
Diciembre 03, 2014

Mientras el Ministerio de Ambiente avanza en la delimitación de los páramos en el país, un proceso que busca identificar qué partes de ellos deberán resguardarse y cuáles podrán aprovecharse, hoy más que nunca se puede decir que estos ecosistemas, que se consideran estratégicos por conservar el agua que sirve para abastecer al 70 por ciento de los colombianos, se han transformado en ‘territorios en disputa’.

Precisamente, el tema fue analizado en un simposio que terminó este lunes en Bogotá, organizado por el Instituto Alexander von Humboldt, que dejó claro que esa delimitación requerirá un diálogo social intenso, que logre un equilibrio entre conservación y explotación.

Y es que de los 36 complejos de páramos que hay en Colombia, será necesario delimitar 30.

Sin embargo, se sabe que en ellos viven alrededor de 200.000 personas, que dependen de la explotación de la tierra, muchas otras de la minería y cuyo futuro deberá tenerse en cuenta antes de declararlos áreas para la conservación.

Un poco más de la tercera parte de los municipios del país –es decir, 399– tienen jurisdicción en páramos, poblaciones en las que habitan alrededor de 20 millones de personas, esto es, casi el 50 por ciento de la población nacional; 33 de estas localidades, donde se concentran 7 millones de personas, tienen más de la mitad de su extensión en ellos.

Esto. sin contar los grupos sociales que no habitan en los páramos, pero que acceden a sus servicios.

La mayoría de la papa y la cebolla del país se produce allí. Y además, hay títulos mineros, principalmente de oro y carbón, sobre aproximadamente el 5 por ciento de su superficie, y más de 400 solicitudes vigentes.

Otra cifra que inspira tensión es que 13 complejos paramunos tienen más del 50 por ciento de su extensión en proceso de solicitud de titulación. En ese orden de ideas, las decisiones que se tomen sobre estos territorios, luego del proceso de delimitación, afectarán significativamente la economía de dichos municipios.

“Los páramos están, y han estado, históricamente habitados; son paisajes con múltiples significados; su gente ha venido construyendo durante generaciones un saber detallado de estos territorios; conocer estas relaciones se vuelve clave para tomar decisiones bien informadas”, explicó Carlos Sarmiento, coordinador de Páramos del proyecto Insumos para la Delimitación de Ecosistemas Estratégicos, del Instituto Humboldt.

Sarmiento le explicó a EL TIEMPO que el Instituto debe entregar información técnica al Minambiente sobre cada uno de los páramos por delimitar, para que sea esta cartera la que termine el proceso y demarque los mapas definitivos que indicarán hasta dónde se extenderán y qué terrenos quedarán para el uso agrícola, minero o ganadero. Ese proceso avanza ya en 25 complejos y está muy adelantado para los páramos de Rabanal, Pisba, Barragán, Miraflores, Citará y Sotará (Cauca).

Este último requiere consulta previa con las comunidades. “Pero justamente lo que buscamos es tener un panorama lo más completo posible, generar espacios de diálogo, para que al final esto no se convierta en un proceso impositivo, que deje a las personas sin la posibilidad de seguir explotando la tierra, sin la opción de vivir en ellos o de hacer uso responsable de esos territorios”, explicó Sarmiento.

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