Entrevista al director de McCain para Colombia y el Área Andina

Francois Simonpietri Cirigliano

Francois Simonpietri Cirigliano

Noviembre 18, 2013

Su reto es impulsar el negocio aprovechando las plantas de producción que tiene en el sur de Bogotá. La empresa proyecta para este año ventas por 60 millones de dólares, con crecimientos de 10 por ciento. El empresario destaca la evolución y las oportunidades del mercado colombiano.

¿Cuál es su tarea?

Mi responsabilidad es por el Área Andina. Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela. La sede es Bogotá y, sin duda, el negocio más importante es Colombia.

¿Cuál es la historia de la compañía en el país?

Está desde 1996, cuando compró Prodelpa, en Medellín, y en el 2000 adquirió Congelagro, que se dedicaba a la fabricación de papa, yuca, vegetales y pizza congeladas. Para nosotros es clave la producción de papa y yuca.

¿Qué es McCain en el mundo y cómo ve la corporación a Colombia?

Una de cada tres papas que se consumen en el mundo son de McCain. Está en más de 100 países. Es una empresa familiar, de Canadá, que tiene más 56 años.

Cuenta con más de 55 plantas en el mundo. Dos de ellas en Latinoamérica, y una de ellas está en Colombia. Eso da una idea de la relevancia que tiene este país para el negocio en la región.

En el plano agrícola el país también es desarrollado.

¿Cuál es la capacidad de la planta?

De 30.000 toneladas al año, y hay varios proyectos de mejoría y expansión que necesitarían una inversión de 5 a 20 millones.

Siempre se ha mantenido inversión en la fábrica, y este es un mercado en desarrollo;la empresa está creciendo por encima del PIB colombiano y Colombia siempre ha sido un mercado interesante para la compañía.

¿De qué depende el monto de inversión?

Hay proyectos que están en estudio. Pero se ve que la fábrica requiere inversión continua para ampliación de capacidad y mejoramiento de los equipos. Porque la idea es poder exportar más, ya que ahora se ha copado para atender el mercado interno.

También se ha hecho un trabajo importante en conservación del medioambiente. En cinco años, McCain ha logrado un trabajo sistemático para reducir el consumo de agua. Eso le ha permitido disminuir 28.000 metros cúbicos de agua, lo que representaría el consumo de 900 personas durante un año. Eso implica eficiencia y monitoreo científico del proceso.

¿Cómo es la evolución del mercado colombiano?

Este es un mercado sano. El consumidor final se está haciendo cada vez más sofisticado. La meta es crecer este año 10 por ciento. Y es viable pensar que en el 2014 pase igual. Tenemos 65 distribuidores con 11.200 clientes y nosotros manejamos otros 4.000 clientes directos.

De nuestras ventas, en Food Service tenemos 65 por ciento, mientras que 35 por ciento son cadenas de comercio. Contamos 350 empleos directos.

¿Cuál es el nivel de ventas de la compañía?

Este año venderemos un poco más de 60 millones de dólares, lo que representa el 60 por ciento de ventas de la región. Los otros países facturan unos 25 millones de dólares, lo que indica una gran oportunidad de crecimiento en esos mercados.

¿Cómo llegar al colombiano que tiene la papa fresca, a la mano, y no cree en el producto prelisto?

Somos una solución para las familias y los hogares unipersonales. Con esa sociedad que se moderniza el alimento congelado es una propuesta de practicidad. Por eso creo que vamos a crecer. En penetración de productos congelados, Colombia está detrás de otros países, como del Cono Sur.

¿Cómo han innovado?

Principalmente, este año presentamos papa en casquitos.

¿Cómo es el abastecimiento de papa?

El 85 por ciento de la papa es nacional y la totalidad de la yuca es nacional.

¿Han cambiado el plan de compra de materia prima nacional, tras la oferta de venta del Gobierno?

McCain busca sumarse a la tarea de mejorar las condiciones del agricultor, garantizándole un comercio justo para que pueda administrar su cosecha. Y si bien se ha recorrido un camino, queda mucho por hacer, por ser un rubro tan importante en el país.

¿Cuál es el mecanismo de compra que utilizan?

Compramos en Nariño, Boyacá y Cundinamarca. Hacemos contratos a futuro, para contar con seis meses adelantados de suministro de papa. En yuca, los contratos son a un año. Es un plan estructurado, que le garantiza un precio justo para que se preocupe por producir y tener una buena calidad. Establecemos con el productor planes de negocios con proyección de siembras.

¿Es suficiente la producción frente a la demanda en aumento?

Justamente el plan de negocios permite que se ajuste a ese factor. Para ello, se ha trabajado en mejorar la productividad.

Es así como con nuestros agricultores, el rendimiento es de 44 toneladas por hectárea, mientras que el promedio nacional es de 19 toneladas por hectárea.

Compramos alrededor de 34.000 toneladas de papa al año y el 92 por ciento es comprado por contrato.

El resto por un mercado abierto con los mismos agricultores que puedan tener un margen mayor de producción.

Fuente: Portafolio. Foto: Claudia Rubio

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