Los 30 años de Mcdonald's en Rusia: aquel primer bocado de capitalismo en la URSS

El primer Mc Donalds de la Unión Soviética cumple 30 años.

El primer Mc Donalds de la Unión Soviética cumple 30 años.

二月 03, 2020

30 años después, frente al ruido de la globalización, muchos moscovitas han de recordar estos días aquella tarde remota en la que la Perestroika los llevó a conocer el Big Mac.

Gregory, un moscovita que aquel 31 de enero consiguió colarse con un pase VIP hasta dentro del espacio más codiciado aquel día en Moscú:
 

“Las colas eran interminables, y al sentarse por fin en la mesa la gente abría el Big Mac como si fuese un regalo: nadie lo llamó 'fast food', estábamos todavía en la URSS.”
El primer McDonald's en abrir sus puertas en la Unión Soviética.

El primer McDonald's en abrir sus puertas en la Unión Soviética.

La larga espera y los precios altos (tres rublos por una hamburguesa, unos cuatro céntimos de euro al cambio actual) no desanimaron a nadie. Gregory recuerda con nostalgia en la mirada:
 

“Empezabas el año comiendo en McDonald's con alguien, ¡era un buen comienzo!”

“Algunas familias sólo se permitieron 'un batido para varios, o unas patatas fritas y una cocacola' compartida.”

“En aquel momento, las hamburguesas de McDonald's eran una especie de artículo de lujo.”

“Pero daba igual, aquello era una puerta al oeste, estábamos en la cara oculta de la Luna.”

McDonald's celebra hoy su 30 cumpleaños en Rusia. Y quería que los moscovitas le repitiesen aquel histórico regalo: las mismas colas de entonces. Por eso tenía previsto vender hoy una serie de sus productos emblemáticos, entre ellos el Big Mac, de nuevo a tres rublos.

'¿Sabe usted dónde hay que apuntarse para la hamburguesa de mañana?', preguntaba a este periodista una anciana ayer a las puertas de la histórica hamburguesería, sin saber que había que registrarse en internet.

Pero a última hora de ayer McDonald's canceló las festividades organizadas para los 30 años de su primer restaurante en Moscú, 'para evitar la propagación' del nuevo coronavirus, que no ha sido detectado en Rusia hasta el momento pero preocupa mucho al gobierno, hasta el punto de cerrar la frontera con China.

SEGURIDAD

'La prioridad para nosotros es la salud de nuestros invitados y de nuestro personal', señaló la multinacional de comida rápida en un comunicado, precisando que la cancelación era una de las 'medidas preventivas para evitar la propagación' de la neumonía viral procedente de China.

El Ayuntamiento de la capital rusa ha recomendado 'abstenerse de realizar eventos públicos en un futuro cercano en lugares donde los ciudadanos se reúnen en masa, para minimizar así los riesgos de infección'.

La compañía ha prometido que organizará el evento en el futuro. Una hamburguesa a tres rublos suena bien en Moscú: ya no hay nada que cueste ese dinero en la capital rusa.

Aquel día en que abrió sus puertas el primer 'McDonald's rojo' el entonces líder soviético, Mijail Gorbachov, lo pasó desmintiendo los rumores de dimisión al frente del Partido Comunista. Estaba ya cercado por el sector duro del partido. A finales del año siguiente, en las navidades de 1991 la URSS dejaría de existir.

Los rusos iban a descubrir la incertidumbre y el caos. Pero en aquel arranque de 1990 el primer bocado de occidente había llegado entre pan en medio de un día gris y feliz a partes iguales.
 

(Click en la imagen para ver el Video) El día de la apertura del McDonald's en Moscú, el establecimiento de comida rápida fue visitado por cerca de 30.000 personas, recuerda Manu Steijaert, vicepresidente de la compañía. Fue un récord mundial en ese momento. Todos querían ser los primeros clientes de la cadena, a pesar de que el tiempo de espera de los pedidos se extendía por varias horas. Las colas empezaron a las 4.30 de la madrugada. Gorbachov durmió mal pensando en sus enemigos del Comité Central.
Pero un puñado de soviéticos hizo fila en la oscuridad para probar de una vez algo totalmente nuevo.
PUESTA DE LARGO
Para la propia compañía fue un desafío la puesta de largo. Debido a las restricciones soviéticas a las importaciones, McDonald's tuvo que construir un gran centro de procesamiento en las afueras de Moscú para producir los alimentos para su primer punto de venta en la URSS.
Pero el sitio no estaba conectado a la red eléctrica porque las autoridades soviéticas no instalaron a tiempo los cables de alimentación necesarios. Al final varios centenares de soldados soviéticos fueron desplegados para tender líneas eléctricas a la planta.
Alrededor de 27.000 soviéticos solicitaron trabajo en el primer McDonald's en Rusia, con 630 finalmente aceptados. Una de ellas era Ana Patrunina, que estuvo trabajando de cajera aquel histórico día.
Patrunina ha vivido su personal sueño americano dentro de la empresa y hoy es vicepresidenta de McDonald's en Rusia.
Ana Patrunina, cajera aquel histórico día y hoy es vicepresidenta de McDonald's en Rusia:
 

El día de la apertura del McDonald's en Moscú, el establecimiento de comida rápida fue visitado por cerca de 30.000 personas, recuerda Manu Steijaert, vicepresidente de la compañía. Fue un récord mundial en ese momento. Todos querían ser los primeros clientes de la cadena, a pesar de que el tiempo de espera de los pedidos se extendía por varias horas. Las colas empezaron a las 4.30 de la madrugada. Gorbachov durmió mal pensando en sus enemigos del Comité Central.

Pero un puñado de soviéticos hizo fila en la oscuridad para probar de una vez algo totalmente nuevo.

PUESTA DE LARGO

Para la propia compañía fue un desafío la puesta de largo. Debido a las restricciones soviéticas a las importaciones, McDonald's tuvo que construir un gran centro de procesamiento en las afueras de Moscú para producir los alimentos para su primer punto de venta en la URSS.

Pero el sitio no estaba conectado a la red eléctrica porque las autoridades soviéticas no instalaron a tiempo los cables de alimentación necesarios. Al final varios centenares de soldados soviéticos fueron desplegados para tender líneas eléctricas a la planta.

Alrededor de 27.000 soviéticos solicitaron trabajo en el primer McDonald's en Rusia, con 630 finalmente aceptados. Una de ellas era Ana Patrunina, que estuvo trabajando de cajera aquel histórico día.

Patrunina ha vivido su personal sueño americano dentro de la empresa y hoy es vicepresidenta de McDonald's en Rusia.

Ana Patrunina, cajera aquel histórico día y hoy es vicepresidenta de McDonald's en Rusia:
 

“Me acuerdo muy bien del día de la apertura. Yo era la que despachaba en la caja, y en algunos momentos la que traía los pedido.”

“Todo iba muy deprisa, y había que hacerlo sonriendo todo el tiempo.”

“Ya cuando pasamos las entrevistas de trabajo una de las preguntas que nos hicieron fue si estábamos dispuestos a sonreír cada segundo durante diez horas. Cada uno de nosotros dijo: por supuesto.”

“Pero después de tres o cinco horas sonriendo nos dimos cuenta de que es bastante difícil.”
Karina Pogosova también era cajera en 1990. Y hoy es vicepresidenta de McDonalds Rusia, recuerda:
 
“Según entregábamos a la gente estos nuevos sándwiches Big Mac sin platos ni cubiertos los clientes nos pedían cuchillos, tenedores y cucharas.”

“Era un mundo nuevo al otro lado del telón de acero.”

“Nosotros les dijimos: podéis comer el Big Mac con vuestras manos. Pero la gente aprendió muy rápido cómo hacerlo y empezaron a disfrutar.”
CON LA SONRISA PUESTA

Svetlana Polyakova, que trabajaba en la cocina en enero de 1990 y ahora es la directora de relaciones públicas de McDonald's en Rusia recuerda ver caras realmente sorprendidas por la amabilidad de los cajeros. Que el pueblo soviético escuchara 'Por favor, por aquí', 'gracias' o 'vuelva de nuevo', era muy raro en la cultura del servicio soviético.

Jamzat Jasbulatov, ex presidente de McDonald's en Rusia, recordaba ayer la apertura como una experiencia 'inolvidable'. Pero la alegría inicial duró poco. Los años posteriores fueron demasiado agitados para el establecimiento de la compañía, según Jamzat.

La inestabilidad y la hiperinflación golpearon fuerte y sin piedad la economía rusa. De pronto en los mostradores había de todo, pero casi nadie se podía permitir nada.

Ha pasado mucho tiempo desde entonces. En aquellos días España se despertaba con titulares de corrupción del caso Juan Guerra y Futre reivindicaba goleando su condición de estrella en el Atlético.

En la URSS el final de una era estaba cerca pero todavía no a la vista. El salario medio soviético era 150 rublos. Un poco más de lo que cuesta hoy un Big Mac (135 rublos) .

En la actualidad, la multinacional tiene 735 restaurantes en Rusia, más de un centenar de los cuales se encuentran en Moscú. McDonald's ha servido muchas veces como termómetro para medir el estado de las relaciones de Rusia con Occidente, pues el gobierno suele transmitir la presión geopolítica a empresas de países vecinos o naciones rivales.

En 2014, en plena crisis por la anexión ilegal de la península ucraniana de Crimea, esta sucursal de la plaza Pushkin, situada a 1,5 kilómetros del Kremlin, cerró sus puertas durante dos meses por orden de las autoridades sanitarias rusas, para volver a abrirlas 'tras la eliminación de las infracciones detectadas'.

Pero a pesar de la segunda 'guerra fría' que ha asomado en varias ocasiones a este lado del río Moscova, en estos 30 años han -hemos- pasado 140 millones de clientes. Casi la población total de Rusia.
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