El Centro Internacional de la Papa (CIP) ha implementado un proyecto cuyo principal objetivo es el de proteger la variedad de especies de papa y, con ello, la seguridad alimentaria de la humanidad . Para alcanzarlo, el CIP inició la recopilación, el análisis y la conservación de semillas y plantas de tantas especies de papa como le sea posible. Los agricultores contribuyen al proyecto con sus conocimientos sobre los métodos de cultivo. La documentación resultante va a ayudar a seleccionar las especies más aptas para las condiciones climáticas de futuro.
La papa es un tubérculo redondeado, resistente, popular y amado en todo el mundo. Solo en el Perú hay más de 4.000 especies de papa y se estudian unas 1.000 de otros países. Allí el cultivo adopta nuevas dimensiones: las papas pueden ser rojas, azules, finas, gruesas o con formas sorprendentes.
Es uno de los alimentos más importantes del mundo. Llegó a Europa desde Perú y se extendió con rapidez, aunque solo se quedaron unos pocos miles de clases de todas las que crecen en Perú.
El CIP quiere salvar esta diversidad en el futuro. De cara al cambio climático, se necesita producir variedades más resistentes para conservar este tesoro cultural y genético. La papa del futuro permanece en estado latente en las cámaras refrigeradoras del CIP, mientras sus hermanas crecen en las montañas. Los científicos trabajan conjuntamente con los ciudadanos para beneficiarse todos ellos de los conocimientos de cada uno y extender el cultivo de semillas mejoradas.
Porque, al fin y al cabo, ¡todos queremos poder disfrutar de unas buenas papas fritas en los próximos siglos!
Una mayor información del proyecto puede encontrarse en la nota When scientists and farmers work together as partners to preserve potatoes