El Consejo de Salud de Nueva York aprobó el año pasado por unanimidad la propuesta que afecta a más de 20 mil locales en toda la ciudad.
Las autoridades dieron un plazo mayor del previsto inicialmente para que los restaurantes adecuaran sus menús y sus cocinas a la nueva normativa.
Este 1 de julio era el límite máximo para todos los establecimientos y todo tipo de comida, incluidos los postres.