El prototipo desarrollado por la UN estará listo para ser comercializado, una vez se licencie la patente.
Colombia: Equipo que aplica plaguicidas a cultivos de papa recibe patente
“Las larvas del gusano y la polilla se encuentran a una profundidad del orden de 10 centímetros, y en esa zona atacan al tubérculo, afectando la calidad y producción de la cosecha”, explica el profesor Roberto Villalobos Rebolledo, autor de la invención que recibió patente por parte de la Superintendencia de Industria y Comercio.
Gracias a su diseño de lanza, el operario puede llegar hasta el cuello de la planta, de manera que al hacer un solo disparo asegura que el producto efectivamente es aplicado a la profundidad y con la dosis requerida.
En tal sentido, el docente llama la atención sobre un regulador de presión que hace parte del dispositivo, con el objetivo de garantizar el suministro de 30 centímetros cúbicos del insumo en cada disparo.
Puesto que el equipo también está provisto de una válvula especial antigoteo que evita cualquier tipo de desperdicio, el alto nivel de precisión no solo garantiza un ahorro significativo en la cantidad de producto empleado, sino que además contribuye a disminuir el impacto ambiental de forma considerable.
El profesor Villalobos, quien hace parte del Grupo de Investigación en Desarrollo Sostenible y Gestión Ambiental de la Facultad de Ciencias Agrarias de la U. N. sede Bogotá, señala que el equipo se comenzó a diseñar desde 2010 para ofrecer una solución efectiva a este problema. Ingenieros agrícolas, agrónomos y especialistas en entomología, con su orientación, comenzaron a diseñar un dispositivo que fuera de fácil uso y que además garantizara la aplicación del plaguicida a la altura del cuello de las plantas.
Luego del análisis realizado por el grupo de entomólogos que forman parte del equipo de investigación liderado por el profesor Andreas Gaigl, encontraron que las larvas se movían por las cavidades que hacían los tallos de la planta durante el proceso de crecimiento, para luego perforar y dañar los tubérculos.
La fase de investigación concluyó que el uso de este tipo de equipos también favorecía la aplicación de agentes de control biológico, como por ejemplo un hongo o un nemátodo entomopatógeno, que termina aniquilado por la alta presión con la que suelen trabajar otros dispositivos de carácter industrial. “Teníamos que garantizar que la descarga pudiera efectuarse con una presión baja y un caudal controlado”, precisa el docente.
Se estima que una vez pueda salir al mercado, la invención tendría un precio similar al de una fumigadora convencional de espalda; sin embargo, esta estaría acompañada de unos elementos novedosos que aseguran una mayor efectividad a la hora de aplicar el insumo.
Por ejemplo, gracias a su diseño, los orificios de descarga están dispuestos en una franja de bajo relieve que impide cualquier tipo de taponamiento, además de estar acoplados a un cheque que solo permite el paso, bien sea del plaguicida o del biopesticida, cuando el operario dispara el dispositivo.
Según el profesor Villalobos, el equipo también ofrece ventajas para diversos escenarios agrícolas en los cuales la lanza pueda penetrar el sustrato o el suelo, como por ejemplo cultivos hidropónicos o plantas de vivero.
Aunque la lanza aún no está para la venta, el equipo de transferencia de la Dirección de Investigación y Extensión de la Sede Bogotá adelanta los contactos pertinentes para que un fabricante pueda comenzar su producción a escala comercial.