Las primeras patatas fritas de bolsa con sello gallego conquistan Alemania

La empresa Patatas Jaly’s de Xinzo de Limia ha sacado al mercado la primera patata frita española elaborada exclusivamente con tubérculo amparado por el sello de calidad de la Indicación Xeográfica Protexida (IXP) Pataca de Galicia.

Aceite de oliva virgen extra y sal mineral del valle de Añana (que también tiene su propia denominación de origen) es todo el aderezo que llevan. Su elaboración es el fruto de meses de trabajo, preparación del tubérculo y de los medios para llevar al mercado esta nueva variedad.

A diferencia de la mayor parte de la patata frita, esta será en base a la variedad Kennebec, la única amparada por el consejo regulador y no la agria, la más frecuente para frituras.

Pablo Fernández, responsable de la empresa pionera en la comercialización de productos con sello IXP transformados, explica que el proceso burocrático para conseguir los permisos de etiquetado y empaquetado del nuevo producto han sido complejos.

Pablo Fernández, responsable de la empresa de la Indicación Xeográfica Protexida (IXP):

“Empezamos hace ocho meses. Hemos tenido que superar muchos controles. Los requisitos son muy severos.”

“La acogida está siendo espectacular.”

“Tienen pedidos de Alemania, y están en contacto con Francia y Países Bajos. ¿Y en Galicia? En unos 15 días estarán a la venta en los supermercados de Cuevas y en los Carrefour.”

La previsión es sacar al mercado unas 500.000 bolsas de 150 gramos este año. Son envases irrompibles, destaca Fernández, que han logrado después de un largo proceso de investigación y que permiten garantizar la frescura de la patata como recién hecha durante seis meses.

¿Y el precio? Fernández avanza que será un poco más elevado que el de la media de las bolsas de patatas, que andan por el 1,20 euros. Costarán sobre 1,80 euros.

Pablo Fernández:

“Son un poco más caras, pero también estamos hablando de una patata de mucha más calidad.”