Científicos checos están examinando patatas traídas de América Latina con el fin de ennoblecer la especie centroeuropea. La nueva variedad, que debería ser más sabrosa y resistente, podría deleitar el paladar de los checos dentro de unos 10 años.
‘Expedición Patata’, bajo ese título un equipo de científicos checos recientemente emprendió un viaje a Chile, Argentina y Perú en búsqueda de muestras de papas que pudieran someter a un detallado examen en la República Checa con el fin de cultivar bajo el clima centroeuropeo una nueva especie de este tubérculo comestible.
Sin embargo, el consumidor aún debe tener paciencia, ya que el proceso de análisis se prolongará durante varios años, según indicó la experta Markéta Marečková, del Instituto de Investigación de Producción Vegetal de Praga.
“Tardaremos unos 10 años, como mínimo, en lograr un resultado. De todas formas, nuestro objetivo es crear una nueva variedad de patata de una característica especial, pero del mismo aspecto que la cultivada en nuestros lares. Queremos conseguir que todas las papas tengan una forma ovalada, que sean lisas, grandes y sabrosas”, sostuvo.
Las patatas checas saben diferente
Los científicos han traído de Sudamérica unas 50 especies de patatas de diferentes colores y tamaños. Los expertos degustaron numerosas variedades de la papa latinoamericana que saben diferente a las checas, según dijo Markéta Marečková.
“Las patatas latinoamericanas saben diferente que las nuestras, en mi opinión. Algunas variedades cultivadas en América Latina tienen un sabor más intenso, hasta amargo, pero agradable, y podrían enriquecer el sabor de la nueva especie que trataremos de cultivar aquí”, señaló.
La patata fue domesticada en el altiplano andino hace unos ocho mil años y llegó a Europa en las naves de los conquistadores hasta en el siglo XVI.
O sea, mientras que en Chequia se cultivan hoy día 135 especies de patatas, en América Latina encontrarán hasta dos mil variedades.
Pero no se trata solo de mejorar el sabor de la nueva patata, los científicos checos esperan aumentar también su resistencia para reducir los enormes desperdicios en Europa Central, donde una tercera parte de la cosecha se tira a la basura debido a las numerosas enfermedades que padece esta planta.
Escuche la noticia en este audio de la Radio Praga Internacional