Imagen de la bóveda que guarda las mejores semillas del mundo en el Círculo Polar Ártico. / Global Crop Diversity Trus
El “arca de Noé” supera el millón de semillas
Este almacén recibe hoy, el día que cumple su décimo aniversario, más de 70.000 nuevas semillas y, por primera vez, alcanza el millón de cultivos congelados y guardados en las profundidades de una montaña situada en pleno Círculo Polar Ártico.
Entre los nuevos envíos, hay alimentos básicos para la población, como nuevas variedades de patata que proceden de Estonia y la cebada que se usa para elaborar la cerveza irlandesa.
Casi lleno
Una de las tres cámaras de las que consta la llamada “Arca de Noé” está ya casi llena de paquetes de semillas y, cada una de ellas, es un cultivo muy importante para el sector de la alimentación.
En concreto, el número de donaciones asciende a 1.059.646. "Alcanzar la marca del millón es realmente significativo", ha declarado a la BBC Hannes Dempenwolf, un investigador que trabaja para “Crop Trust”, una organización internacional que se dedica a la conservación de la diversidad de los cultivos de los que depende la alimentación de los habitantes de todo el planeta. “"Hace solo unos años, no creo que hubiéramos pensado que llegaríamos aquí", concluye.
Objetivo
La diversidad de cultivos se considera esencial para salvaguardar el futuro del suministro mundial de alimentos en el caso de catástrofes como sequías o el cambio climático.
Este millón de semillas han sido depositadas por 73 instituciones desde el pasado 26 de febrero del 2008, pero, hasta ahora, sólo se ha producido una salida con destino a Siria, país que sufre una cruenta guerra desde hace años.
El “Arca de Noé” se abre unas dos veces al año para poder depositar nuevas semillas. Por ejemplo, en el día que ha cumplido sus primeros 10 años, han entrado variedades únicas de arroz, trigo, maíz y guisantes.
Más seguridad
Los científicos estiman que hay alrededor de 2,2 millones de variedades únicas de cultivos que podrían ser depositadas en este almacén situado en las Islas Svalbard.
El año pasado, las malas condiciones meteorológicas provocaron filtraciones de agua, pero éstas no llegaron a las naves que almacén las semillas y, además, las paredes de han reforzado para evitar más problemas.