Los ministerios de Salud y de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación presentaron ayer la campaña “Argentina 2014 libre de grasas trans”, destinada a reducir el consumo de ese tipo de grasas de origen vegetal, que aumentan el riesgo cardíaco.
El aceite vegetal no es más sano que el de origen animal cuando pasa por un proceso químico llamado hidrogenación . Consiste en inyectar hidrógeno a los ácidos grasos poliinsaturados que predominan en los aceites de semillas como los de girasol o soja. De este modo, parte de las grasas poliinsaturadas se transforman en saturadas, y los aceites pasan del estado físico al sólido .
En los últimos años, la industria alimentaria ha recurrido con frecuencia a las grasas trans, porque proporcionan mayor estabilidad durante las frituras, potencian el sabor, mejoran la textura, y prolongan el tiempo de conservación de los productos. Se utilizan sobre todo en productos de copetín (papas fritas, palitos, pochoclo), panificados como las facturas y pastelería de fabricación industrial, hamburguesas, margarina, y ciertas coberturas.
Pero también algunas cocciones domésticas pueden convertir los ácidos grasos en trans, en especial en las frituras. Por eso se recomienda usar aceite de oliva virgen, no superar los 180°, y no reutilizar el aceite más de tres veces.
Las consecuencias en la salud son muy serias: disminuye el colesterol “bueno” y aumenta el “malo”, lo que incrementa el riesgo de enfermedades cardiovasculares , de muerte súbita y de diabetes . Además, las grasas trans excedentes tienden a adherirse y engrosar las paredes de las arterias y venas de todo el cuerpo. La OMS sugiere una ingesta máxima de 2 a 2,5 gramos por día, y considera que 5 gramos –menos de los que tiene un paquete chico de papas fritas– aumenta en un 25% el riesgo de enfermedades cardiovasculares .
El Ministerio de Salud señaló que el 70% de la industria alimenticia local ha reemplazado las grasas trans de sus productos mediante la autorregulación. Como queda un 30% que aún no lo ha hecho, esta iniciativa busca poner el límite de 2014 para que esas empresas sustituyan las grasas trans, o dejen de elaborar esos productos.
Esa cartera y la de Agricultura vienen trabajando desde hace tiempo en la reducción de factores de riesgo, mediante reformas en el Código Alimentario Nacional. La última establece que “el contenido de ácidos grasos trans de producción industrial en los alimentos no debe ser mayor a 2% del total de grasas en aceites vegetales y margarinas destinadas al consumo directo y a 5% del total de grasas en el resto de los alimentos”.
En esa línea se elaboró una “Guía de recomendaciones para pymes”, con alternativas de grasas más saludables para suplir las trans . La campaña prevé además afiches en comercios de alimentos y difusión en medios, para sensibilizar sobre la importancia de identificar el contenido de grasas trans en los rótulos de los alimentos.
Lanzan en Argentina una campaña nacional para eliminar las grasas trans
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