Valladolid: La mejora de las cuantías de los contratos ha estimulado las siembras de patata

Eduardo Arroyo, presidente de la Asociación de Productores de Patata de Castilla y León, destaca que el cultivador de patata se ha dado cuenta que tiene que sembrar la variedad que se vende.

El cultivador segoviano, Eduardo Arroyo, es desde hace unos años presidente de la Asociación de Productores de Patata de Castilla y León así como miembro de la Interprofesional regional de este cultivo.

Patatero histórico es un gran conocedor de sector y coincidiendo con la celebración de unas jornadas técnicas de la citada agrupación en Medina del Campo, Valladolid, repasando la marcha de la campaña de siembras, así como las perspectivas de campaña para este 2023.

Eduardo Arroyo, presidente de la Asociación de Productores de Patata de Castilla y León:
 

"El cultivo de la patata, se ha ido manteniendo, por lo que a las superficies se refiere, sin los vaivenes que han vivido otras producciones de regadíos, si el año pasado rondamos las 17.000 hectáreas en la región en el actual vamos a mantener unas cifras similares, aunque quizás sí que se pueda producir una cierta reducción."

Como sucede al resto de sectores agrícolas y ganaderos, el gran problema vivido en las últimas campañas es la desmedida subida de los costes de producción “si hace unos años, analiza el presidente de la Asociación de Productores de Patata de Castilla y León, esos gastos por hectárea se situaban entre los 6.000 / 6.500 euros por hectárea ahora mismo alcanzan los 9.500/10.000 euros, con ascensos de los fertilizantes que llegan hasta el 300%, de los fitosanitarios de hasta el 25% y de la energía que ha multiplicado por tres su factura en las 2/3 últimas campañas”

Sin embargo, Arroyo es optimista sobre la evolución de la campaña ya que “gracias a la presión de la Asociación, de la Interprofesional… los embolsadores han sido conscientes de la necesidad de elevar los importes de los contratos si querían que los agricultores les sembrasen patatas.

Así, hemos pasado de acuerdos de 13/14 céntimos de euros por kilo a otros, en el caso de los tubérculos que tengan como destino la industria de tortillas, los fritos o los precongelados de hasta 22/23 e incluso en algunos casos de 25.

Además, destacar que el fresco ha perdido algo de fuelle aunque los contratos aquí también han subido hasta alcanzar los 25/30 céntimos.”

Esas mejoras de precios junto a los problemas que se suscitan con la falta de agua, la patata necesita entre 6.000/6.500 metros cúbicos por hectárea frente a los 8.500 de la remolacha, por ejemplo, o el hecho de que los contratos se renueven de forma anual y no haya que acogerse a acuerdos plurianuales como pasa en las ayudas que las Administraciones ofrecen para la citada raíz, “están animando a los agricultores a decantarse por la patata”, concluye Arroyo.

Por último, desde la Asociación se quiere destacar el cambio de mentalidad que han vivido los profesionales que se decantan por este cultivo, “Antes se sembraban las variedades que se daban tradicionalmente en la zona donde estaba asentada la explotación, ahora hay que sembrar aquellas que se vayan a vender, las que los embolsadores quieren y venden luego: ya sean de lavado, de corte amarillo o blanco…ese cambio de intención de sementera ha sido muy significativo, ahora es la parcela la que se adapta a la variedad”