A pesar de ser el 'snack' por excelencia para consumir en cualquier momento, no muchos conocen el origen de las papas fritas, y menos de la forma en la que llegan a la tierra en su inconfundible paquete.
Con una cerveza de por medio, como 'picada' o simplemente para cumplir un antojo, estos chips se pueden comer en cualquier momento y deleitan a sus 'fanáticos' con unos simples puntos: su inconfundible gusto salado y su crocancia.
Pero detrás de estos chips, hay una gran cantidad de personas que se encargan de que este producto cause ese placer inconfundible, y ese proceso va desde la cosecha de la papa, su empaquetado y su distribución hasta verlo en las góndolas.
El primer paso es la investigación de la 'semilla perfecta', su sembrado y su posterior cosecha. El dato saliente es que el producto madre es colectado dentro del país. PepsiCo compra anualmente 50 mil toneladas de papas –de las cuales el 80% son de la zona de Balcarce y Otamendi-
No solo el producto es 100% argentino sino que, a su vez, todos los proveedores de papa de la empresa están hoy certificados por el Rainforest Alliance -una organización no gubernamental internacional que defiende la conservación de la biodiversidad y los medios de vida sostenibles del mundo-.
Las empresas que obtienen esta certificación contribuyen a la reducción de la huella ambiental, protegen la vida silvestre además de reducir la contaminación de agua, los desechos y la erosión de los suelos.
Pero no solamente se conforman con esta certificación, sino que además, los productores de las papas en Argentina fueron los primeros en el 'mundo PepsiCo' que están 100% certificados con normas Global – Gap de buenas prácticas agrícolas, que permiten abastecer de materia prima -en este caso papas- producidas bajo dichas prácticas, asegurando la inocuidad del producto.
¿Cómo sucede la magia?
Al recibir las papas en la planta de Mar del Plata, estas proceden a ser peladas y luego pasan por un sistema de visión que las identifica y separa las defectuosas de las que se encuentran en buen estado.
¿Cuál es el secreto para lograr ese aspecto perfectamente uniforme?: La manera en que se cortan y la fritura. Las líneas de producción, luego de un proceso de lavado, pelado y cortado, tienen unas 'tinas' donde caben 5.800 litros de aceite de girasol alto oleico. Y todo esto se realiza en tan solo 40 minutos -desde que la papa ingresa en el proceso hasta que es empaquetada-.
Por último, las bolsas son una parte esencial del proceso. A través de unas máquinas de última tecnología, los paquetes se llenan con papa recién procesada, y se cierran asegurando una cámara de aire que impide que los chips se aplasten.
En la actualidad, la fábrica de PepsiCo en Mar del Plata inauguró su ampliación gracias a una inversión de USD 28,7 millones entre 2017 y 2018. Así, se agregaron 7.490 m2 cubiertos y se sumaron 6 líneas de producción, que permitieron aumentar en aproximadamente un 80% la capacidad productiva de 'snacks' salados.
El establecimiento emplea actualmente a más de 750 personas y abastece de snacks salados y galletas dulces al mercado interno y exporta también a Chile, Uruguay y Paraguay.
Así, desde 1932 que estas papas se convirtieron en un alimento cotidiano e ideal para picotear en cualquier momento del día.