La encuesta fue realizada en 17 países de los cinco continentes: Australia, Alemania, Brasil, España, Ghana, Guatemala, India, Kenya, México, Países Bajos, Pakistán, Filipinas, Rusia, Sudáfrica, Tanzania, el Reino Unido y los EE.UU, que Oxfam encargó a una empresa independiente. Del estudio se extraen los siguientes resultados:
- El 54 % de los encuestados a escala global afirmaron no comer lo mismo que hace 2 años, justo antes de que empezara la crisis actual de los precios de los alimentos. El 39 % explicaron que su dieta había cambiado porque los alimentos se están encareciendo y un 33 % esgrimió razones de salud. En el caso español, por ejemplo, 33% de los entrevistados afirmaron haber cambiado su dieta por motivos económicos y un 21% por razones de salud. En Kenia, un sorprendente 76% de los encuestados afirmó haber cambiado su dieta, y de todos los que han cambiado su dieta el 79% culpó al precio de los alimentos.
- El aumento del precio de los alimentos es la mayor preocupación de los ciudadanos en lo que se refiere a los alimentos, puesto que fue la elección del 66% de los encuestados globales. El 43% de las personas señaló como mayor preocupación el que los alimentos sean nutritivos y saludables. Sin embargo, en los países más pobres la mayor preocupación es el acceso a los alimentos: para el 57% de los encuestados en Kenia y el 45% de los de Tanzania.
- 1 de cada 2 personas encuestadas en países en desarrollo como Kenia y Tanzania, afirma que no tiene suficiente para comer a diario, cifra que se reduce a sólo el 6% de los encuestados en los países desarrollados como el Reino Unido, Alemania, Australia y los EE.UU;y aún baja más, hasta el 5% en el caso de España.