Los páramos volvieron a estar en el centro del debate nacional, luego de que la Corte Constitucional prohibió esta semana la explotación minera en estas zonas, porque el impacto de esta actividad afectaría los ecosistemas.
Sin embargo, los especialistas ven con mayor preocupación las actividades agropecuarias como los cultivos informales de papa, cebolla larga, arveja y el ganado, que afectan las áreas de páramos en Colombia.
En el estudio más reciente, que el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (Igac) y el Instituto de Recursos Biológicos Alexander Von Humboldt publicaron, se encuentra un informe de una investigación que comenzó en 2013, en el cual decían que el área total de los páramos en Colombia era de 2,9 millones de hectáreas, de las cuales 20% del territorio ha sido intervenido, principalmente por las actividades agropecuarias, lo que quiere decir que serían entre 500.000 hectáreas o 600.000 hectáreas.
Los cultivos que hacen presencia en estas zonas son principalmente la papa, cebolla larga, la arveja, y la zanahoria.
Carlos Sarmiento, director de investigaciones en los páramos del Instituto Von Humboldt, afirmó que los agricultores ven diferentes beneficios en estos territorios, por ejemplo “los cultivos como la papa, por el calentamiento global, cada año se siembran a una mayor altura, además los suelos son bastante benéficos para los productos por sus características, pero los fertilizantes matan sus propiedades”.
En cuanto a la ganadería los efectos pueden ser más drásticos.
El problema con los gases de efecto invernadero de los animales pueden ser mayores si son medidos en dióxido de carbono (CO2), en comparación con cualquier otra actividad.
