PepsiCo Iberia apuesta por la recuperación energética de sus aguas residuales mediante un proyecto pionero que las convierte en biogás, permitiendo reducir hasta un 5% el consumo energético de la planta. El proyecto, recientemente implantado en la planta de Carregado (Portugal), se basa en la transformación en biogás de la carga orgánica de las aguas residuales que se generan en la producción de patatas fritas (comercializadas bajo las marcas Ruffles y Lay’s). El biogás obtenido con el proceso depurativo es reintroducido en la planta para alimentar una de las líneas de producción.
El proyecto ha sido posible gracias a la inversión en una tecnología que transforma el proceso depurativo de las aguas residuales en un tratamiento anaeróbico, hasta el momento las aguas residuales se exponían a un tratamiento aeróbico. La aplicación del tratamiento anaeróbico supone, además, una reducción del 50% de energía eléctrica en la depuradora y de un 75% de los costes asociados a los lodos producidos.
En términos económicos, el proyecto de recuperación energética del agua residual de PepsiCo ha supuesto una inversión de un millón de euros y representa un firme salto hacia adelante en el compromiso de la compañía con la sostenibilidad medioambiental. En este sentido, João Nobre da Costa, responsable de la Sostenibilidad Medioambiental de PepsiCo Iberia, ha explicado: “Este proyecto es un paso más para cumplir con nuestras promesas en términos de sostenibilidad ambiental, al mismo tiempo que garantiza un ahorro adicional en el consumo de energía de nuestra fábrica. Estamos muy contentos de ser líderes de la compañía a nivel europeo en la implantación de este proyecto”.
Este proyecto se enmarca en las políticas de sostenibilidad medioambiental de PepsiCo, integradas dentro de la filosofía de Resultados con Responsabilidad, que significa mantener un crecimiento sostenible invirtiendo en un futuro saludable para la gente y para el planeta.
PepsiCo Iberia es considerada un referente europeo en materia de eficiencia energética y reducción del consumo de agua. En este sentido, las plantas de patatas fritas y snacks de PepsiCo en Burgos y Portugal han reducido en más de 30% el consumo de agua, superando el objetivo que PepsiCo marcó a nivel global para el 2015.
Fábrica de Pepsico en Portugal transforma aguas residuales en biogás para el consumo interno
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