España: La cosecha de patata avanza en La Rioja con una mermada producción
Las primeras patatas riojanas ya están en los almacenes de La Rioja Alta. La cosecha apenas empezó hace una semana y las máquinas recorrerán las fincas hasta finales de octubre.
Pero los tubérculos este año no han crecido como debieran a causa del calor y la sequía, que paralizaron el desarrollo del cultivo durante unas semanas.
Unas condiciones que han llegado a mermar la cosecha entre un 20 y un 30 por ciento respecto al año pasado, estima el gerente de la Cooperativa Interlocal Agrícola Rioja Alta de Santo Domingo de la Calzada, Emilio García.
Mientras que el año pasado se alcanzaron cerca de las 60 toneladas por hectáreas, siendo el 2021 un buen año en cuanto a producción, esta vez «no se va a llegar a las 40 ni de lejos».
Los técnicos valoran que la camapaña se quedará en torno a las 37 toneladas por hectárea cuando lo habitual es llegar al medio centenar.
Los últimos datos publicados por la Consejería de Agricultura se corresponden con las estadísticas de 2020, año en el que se registraron un total de 853 hectáreas de cultivo de tubérculos, de las cuales unas 537 corresponden a patatas de media estación.
Sin embargo, la superficie que abarcaba hace tres décadas La Rioja rondaba las 8.000.
Emilio García, Agrícola Rioja Alta de Santo Domingo de la Calzada:
La reducción de patatas recogidas este año va a obligar a renegociar los contratos ya firmados con las industrias durante el mes de marzo, coincidiendo con la época de siembra.
Por un lado, en cuanto al volumen, ya que las previsiones de cosecha no eran estas, y por otro, en cuanto al precio, para ajustarse a las circunstancias actuales. El mercado libre muestra cifras elevadas que se sitúan entre los 30 y los 42 céntimos el kilo de patata para el agricultor.
Pero estos precios no compensan al productor porque la subida de los costes como el riego, la luz o el combustible es enorme. El año pasado se hicieron contratos a 15 céntimos el kilo de patatas y este año se firmaron a 17, pero se van a tener que revisar porque ni vamos a sacar la producción prevista entonces ni los precios de mercado son los mismos», asegura el gerente de la cooperativa riojalteña.
Un desajuste que se parecia en el resto de Europa, donde la sequía también ha sacudido considerablemente a la producción, más si cabe cuando allá no se suelen usar sistemas de riego. «Así que no hay otra opción que llegar a un acuerdo».
Pero los tubérculos este año no han crecido como debieran a causa del calor y la sequía, que paralizaron el desarrollo del cultivo durante unas semanas.
Unas condiciones que han llegado a mermar la cosecha entre un 20 y un 30 por ciento respecto al año pasado, estima el gerente de la Cooperativa Interlocal Agrícola Rioja Alta de Santo Domingo de la Calzada, Emilio García.
Mientras que el año pasado se alcanzaron cerca de las 60 toneladas por hectáreas, siendo el 2021 un buen año en cuanto a producción, esta vez «no se va a llegar a las 40 ni de lejos».
Los técnicos valoran que la camapaña se quedará en torno a las 37 toneladas por hectárea cuando lo habitual es llegar al medio centenar.
Los últimos datos publicados por la Consejería de Agricultura se corresponden con las estadísticas de 2020, año en el que se registraron un total de 853 hectáreas de cultivo de tubérculos, de las cuales unas 537 corresponden a patatas de media estación.
Sin embargo, la superficie que abarcaba hace tres décadas La Rioja rondaba las 8.000.
Emilio García, Agrícola Rioja Alta de Santo Domingo de la Calzada:
"Cada año se pierde más hectáreas porque es un cultivo que requiere de mucho circulante y mano de obra para la recolección, algo que escasea."Los contratos, a revisión
La reducción de patatas recogidas este año va a obligar a renegociar los contratos ya firmados con las industrias durante el mes de marzo, coincidiendo con la época de siembra.
Por un lado, en cuanto al volumen, ya que las previsiones de cosecha no eran estas, y por otro, en cuanto al precio, para ajustarse a las circunstancias actuales. El mercado libre muestra cifras elevadas que se sitúan entre los 30 y los 42 céntimos el kilo de patata para el agricultor.
Pero estos precios no compensan al productor porque la subida de los costes como el riego, la luz o el combustible es enorme. El año pasado se hicieron contratos a 15 céntimos el kilo de patatas y este año se firmaron a 17, pero se van a tener que revisar porque ni vamos a sacar la producción prevista entonces ni los precios de mercado son los mismos», asegura el gerente de la cooperativa riojalteña.
Un desajuste que se parecia en el resto de Europa, donde la sequía también ha sacudido considerablemente a la producción, más si cabe cuando allá no se suelen usar sistemas de riego. «Así que no hay otra opción que llegar a un acuerdo».
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