La producción de papa semilla no es para cualquiera. Es un cultivo caro, necesita riego complementario y atención casi las 24 horas de los cuatro meses que dura su ciclo. Y otra de las particularidades es que no hay productores de la zona involucrados en el cultivo. En esta última campaña, casi todas las compañías que sembraron son de Mar del Plata, Otamendi y Miramar, y hay una de Balcarce, otra de Tucumán, de Córdoba y de Tandil.
Dentro del alto costo que insume hacer el cultivo, el valor del arrendamiento juega un papel determinante: la campaña pasada los semilleros pagaron alrededor de 300 dólares. Otra porción importante en la torta de los costos la conforman los plaguicidas y los fertilizantes. Al igual que el trigo y la cebada, el cultivo se fertiliza con urea y fosfato diamónico. Aunque las cantidades no tienen relación: contando los dos productos, a la papa semilla se le aplica unos 600 kilos, el doble que a los cereales.