Hasta hace unos años el término calidad no era un concepto considerado en la producción de patata, pues el objetivo del agricultor sólo se centraba en conseguir los mayores rendimientos posibles, mientras que el consumidor prácticamente se limitaba a adquirir el producto que encontraba en el mercado.
El desarrollo de industrias de productos elaborados de patata obligó a considerar aspectos relacionados con la facilidad de pelado y con la calidad. Por otra parte, la demanda de patata en el mercado para usos gastronómicos "de diseño"también valora ciertas aptitudes que determinan su calidad culinaria.
Por ello, actualmente existe una estrecha conexión entre el productor, que debe conocer las características de la variedad y la tecnología de cultivo más adecuada para conseguir sus mejores atributos, y el comercializador, que tiene que asegurarse de que el producto que va a ofertar responde satisfactoriamente a las exigencias del mercado o de la industria.