Colombia: Primera cosecha de papas criollas más nutritivas

Colombia: Primera cosecha de papas criollas más nutritivas
October 05, 2016

El proyecto se está realizando con Asogadan (Asociación de ganaderos y agricultores de Bogotá D.C. amigos de la naturaleza) y busca que los agricultores cultiven las nuevas variedades de papa amarilla desarrolladas por la U.N. conocidas como Criolla Dorada y Criolla Ocarina, que ofrecen mayor rendimiento y resistencia a la gota (enfermedad característica de estos cultivos), así como alta calidad nutricional.

Según explica la profesora Teresa Mosquera, de la Facultad de Ciencias Agrarias, en esta primera cosecha se obtuvo un promedio de 80 bultos de semilla y están trabajando en la implementación de un sistema para que los agricultores produzcan material de muy buena calidad que preserve las cualidades de las papas.

Estas variedades presentan un rendimiento promedio de 37 toneladas por hectárea, una cantidad alta considerando que en el país el promedio es de 12 toneladas en papa criolla. Además, contienen hierro, zinc, proteína, fibra dietaria y compuestos fenólicos, conocidos como antioxidantes.

“Gracias a investigaciones realizadas conjuntamente con la universidad canadiense McGill, se demostró que estas papas han incidido de manera positiva en la reducción del crecimiento de células tumorales. Y en niños menores de cinco años evidenciamos resultados satisfactorios, ya que lograron alcanzar valores nutricionales estándar luego de remplazar la papa tradicional (blanca) por esta papa más nutritiva”, agregó la docente Mosquera.

Estas papas no tienen ningún proceso transgénico. Durante la etapa de laboratorio se limpia el material vegetal y obteniendo una semilla de calidad élite, libre de enfermedades y patógenos, ideal para iniciar el proceso productivo.

El cultivo de esta semilla tarda un promedio de cuatro meses y la cosecha es considerada “básica”, después de esto vuelve a sembrarse sale la semilla “registrada” y con una última siembra se obtiene la semilla “certificada”, a partir de la cual sale la papa para el mercado.

Víctor Manuel Castiblanco, integrante de Asogadan ya tiene la primera cosecha en su finca “El Bosque”, desde hace 28 años se dedica al cultivo de papa criolla y destaca que con esta semilla de alta calidad la producción aumentó hasta un 20 %.

“Esto hace que los costos de producción sean más bajos y nuestros ingresos aumenten. La Universidad Nacional nos ha apoyado y capacitado para tener buenas prácticas y estamos interesados en mejorar la calidad de las semillas y ojala tener una cobertura nacional”, acotó el agricultor Castiblanco.

A los agricultores no solo se les está enseñando la parte de cultivo, también están siendo capacitados sobre el aspecto organizacional, para que tengan en cuentan cómo mantener una sinergia entre ellos que les permita tener un negocio prospero.

“Es un cultivo que requiere muchos cuidados para obtener un tubérculo de calidad pero a través de la multiplicación de la semillas esperamos que estas papas lleguen a los consumidores, conozcan sus bondades y sean consumidas en todo el país”, añadió la docente Mosquera.

Esto fue confirmado por Javier Ramírez, integrante de Asogadan que está al tanto del manejo de los cultivos y ha recibido capacitaciones para hacer una correcta aplicación de los fungicidas e insecticidas.

“Nos han enseñado cómo se hace la aplicación foliar (en las hojas) para controlar las plagas. También hemos visto la importancia de hacer una rotación del producto, cambiar de ingrediente activo y cuidar nuestra salud”, explicó el ingeniero Ramírez.

Se estima que por cada semilla sembrada sale en promedio 14 papas en la siguiente generación. Teniendo en cuenta este alto rendimiento, el objetivo es que los agricultores siembren en un área menor y requieran menos pesticidas e insumos.

“Así conseguimos que no inviertan tanto en el cultivo y tengan mejores cosechas. Para preservar la calidad nutricional y la resistencia es muy importante que se siga este sistema de producción, diferencien las semillas y las clasifiquen según su tamaño”, concluyó la investigadora Mosquera.

Este proyecto para el desarrollo del sector rural involucra el trabajo de profesores de Ciencias, Ciencias Humanas, Medicina y Ciencias Agrarias, en un trabajo transdisciplinario y es financiado por el gobierno canadiense a través del International Development Research Center y el Global Affairs Canada.